martes, 8 de enero de 2008

Fue prohibido

(Vista desde el cementerio de Arenys)

En su momento, fue tan prohibido como lo que sentía al escribirlo. Ahora, cuatro años y tres días después, me parece bonito, triste y muerto.



SINERA


Tomé del mar la palabra entera y saqué del día sus dos últimos tercios.

Me arropé con su silencio, y ella siguió mirando el mar oscuro.

La tormenta de caramelo derretido acababa de escampar. Y sólo quedaba el aliento del tabaco en nuestras bocas.

"Allí arriba los muertos tienen buenas vistas". Fue lo que me dijo una mañana, antes de subir al cementerio. Y yo sentí envidia, entonces, de su cigarro.

Casi rompemos un secreto. Absortos, bajo la luna, apenas desnudos. Ella se tapó.Y yo lloré como un silencio. Como un traidor arrepentido.

Sólo sé que después dijo: "Me gustaría poder abrazar ese mar de un salto."

Y yo me levanté a besarla, pero con suave sonrisa me cambió de tema.

A lo lejos, se sentía el rugido inquebrantable del vals de las olas. Entonces pensé que ojalá tuviese una guitarra para no borrar este momento.

A lo lejos, el Sol, volvía. Me cogió la mano y juntos miramos al abismo.

Se fue con el mar, desnuda. Como las gaviotas, como los angeles. Con alas tan invisibles como las de mis ojos.

Y yo no me atreví a seguirla.

Entonces pensé: "Que bien que viven los muertos."

5 de Enero de 2004 (M.D.)

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