domingo, 8 de junio de 2008

¿Qué es la Postmodernidad?

Voy a reciclar o reciclarme, es decir, voy a darle salida útil a algunas cosas que me han mandado hacer para la uni y que una vez han cumplido su función académica se vuelven polvo de bits. En esta ocasión, el texto responde a la pregunta más repetitiva de los últimos años y que yo no habré sabido responder bien, pero que por lo menos lo he intentado. Ahí va:


Leyendo los dos libros de Jean-François Lyotard en los que me baso para responder a esta complicada pregunta –La condición postmoderna y La posmodernidad (Explicada a los niños) – la idea principal que debo recoger es la de que la Postmodernidad no es en si misma el fin de la Modernidad, sino más bien un estadio de poner a cero el marcador de la Historia.

La Modernidad, desde el siglo XVIII y con el inicio del proyecto de las Luces, ha tenido el acompañamiento de lo que Lyotard ha dado en denominar los “metarrelatos”, esto es, narraciones de carácter universal que tenían como conclusión la consecución de un proyecto espiritual por parte del ser humano, las cuales le proporcionarían felicidad y sabiduría total al común de los hombres. Esta idea de metarrelato, que podemos identificar en el Ideal de la Ilustración, en el Marxismo o en el mismo Cristianismo (si lo encaramos a las religiones de la antigüedad) como ejemplos notables, en la sociedad postmoderna ha dejado de tener legitimidad, o lo que es lo mismo, han perdido su función estabilizadora. Todo metarrelato contiene en si mismo la idea de evolución y de progreso humano: en la Ilustración estaba abanderado por la salida del Hombre de su infancia para atreverse a pensar por si mismo, lo que Inmanuel Kant expresó con su “Sapere aude!”; en el Marxismo se habla de un materialismo histórico, de una lucha de clases, y de una revolución obrera que culminaría con una dictadura del proletariado sobre la burguesía; y en el Cristianismo se habla de un sacrificio en la Tierra para poder acceder a un Paraíso al final de los días. Como vemos, a diferencia de los mitos de la antigüedad, estos no se caracterizan por la intención de justificar unas instituciones que encontramos en el presente, no se dan como ciencia, sino como saber. El objeto de la Modernidad no está en la creencia ni en la superstición, está en la búsqueda de la perfección y de la felicidad constante y final.

Lyotard se basa sobre todo en lo que el denomina “la condición del saber” definiendo y delimitando un saber narrativo de un saber científico. La particularidad de ambos es que sin proponérselo se valen el uno del otro y se justifican el uno en el otro. Actualmente, ante el desengaño barroco y la desazón frente a los metarrelatos, parece ser que la técnica o, mejor llamado, la tecnología, se ha erigido como centro legitimador de las sociedades actuales. Los ensayos de Lyotard, aún teniendo más de veinte años, no pueden ser si no reales en nuestros días. Es sorprendente como el estado actual de las universidades españolas responde punto por punto a lo descrito en La condición postmoderna. En el sentido romántico de la institución, la pedagogía universitaria tenía como objetivo la transmisión del saber de forma total y generalizadora. Sin embargo, en la Universidad actual, y cada vez más con la consecución del famoso Plan Bolonia, más que la propagación del saber y la generación de nuevos savants, lo que se trata es de la formación de expertos en materias cada vez más diversificadas y que responden a las necesidades del mercado laboral, y en su fin, del Capital. Esto es importante, pues significa la victoria del modelo capitalista en contra del modelo marxista, y supone el auge de la inversión en investigación, no de forma altruista y por la mera acción de trabajar en un proceso universal de evolución y mejora (el proyecto de la Modernidad), si no por simple aumento de la riqueza por parte de las empresas. El saber se convierte en riqueza, y el que mayor saber consigue, mayor poder obtendrá. Ya no investigamos en las universidades, si no en las empresas o desde / para las empresas. La propia emersión de la tecnocracia tiene la pretensión de obtener un placer inmediato en lugar de perpetuar la espera de un final feliz que no aparece nunca. Auschwitz o el Gulag, son los ejemplos del fracaso del proyecto moderno. El sueño de la razón produjo estos monstruos y desde entonces se trata de volver a un punto cero en la Historia, para volver a empezar. La discusión con Habermas aparece en este punto, éste no piensa que el proyecto de la Modernidad esté finiquitado, si no que piensa que aún es posible retomarlo y finalizarlo positivamente.

De otro lado, la estética postmoderna que surge de la obra de Lyotard suele considerarse como investigadora de lo sublime. Como hemos repetido anteriormente, no comprende una ruptura total con la estética modernista, si no que es una parte de lo moderno entendido como estilo, como apunta el propio Lyotard: “Lo posmoderno es indudablemente parte de lo moderno, sería lo que, en lo moderno, presenta lo impresentable en la propia presentación.” De este modo, tampoco lo figurativo y lo discursivo no deben considerarse como secuénciales o como rasgos de lo posmoderno y lo moderno respectivamente. El estilo posmoderno procede sin reglas predeterminadas en la literatura anterior, abre un nuevo camino no recorrido anteriormente, sin embargo se sirve de una mirada entre irónica y nostálgica a formas del pasado como búsqueda de un punto cero y del inicio de una nueva etapa.

11 comentarios:

Unknown dijo...

Resumir la posmodernidad en cinco párrafos es algo pedant,e no crees? (Suerte que has leído la versión "contada a los niños", al menos has entendido algo...)Y esta mierda de música? Cómo coño se para?

Por cierto, oscarsaenz, por si no lo sabías, Nocilla Dream ya se ha escrito... Y no por poner "On-line" o "en tiempo real" vas a ser más posmoderno. Además, ¿dónde está el campo de trabajo? Si se tiene que leer en orden, ¿dónde está la descentralización, la falta de jerarquías? ¿No se supone que la posmodernidad es rizomática e informe? Lo que nos faltaba! Además de los afterpop, ahora proliferan estos granillos epigonales en el culo literario español que no saben ni dónde pisan...

EL NABO MARTÍN

Oscar Sáenz dijo...

Muchas gracias Nabo Martín por tu colaboración. Nada más lejos de mi intención tratar de responder a la pregunta de la postmodernidad en cinco párrafos, como indico al principio del texto, es solo un ejercicio universtario con la consciencia de estar mal hecho. También gracias por tu lectura del inicio del poemario, nada más lejos que reescribir Nocilla Dream y mucho menos de situarme en una tradición posmoderna, por llamarla de alguna manera. Es solo un pasatiempo que puede gustar más o menos. Tienes razón en que debo de elimiar el orden jerárquico y así lo haré. Me has convencido y este es uno de los factores buenos de escribirlo para todos y en tiempo real. Lamento sobre todo tu tono pero aún así te doy las gracias por comentar sin conocerme, espero que en otra ocasión si decides volver a leer algo mío y decides volver a comentar, te comportes de un modo más adecuado. Se puede discrepar -es más, se DEBE discrepar- pero siempre desde la educación y el respeto.

Saludos.

Sabicio dijo...

Fíjate, estaba yo en el comerdor de casa y de repente me ha llegado un tufo a caquita -y como no, a modernito-. He entrado aquí y, efectivamente, he leido como te has rilao (y lo demás también...).
Nabo te ha llamado grano en el culo (epigonal me resulta un tanto postmoderno, que no significa que esté en desacuerdo) literario español... No sé si tú, en 5 párrafos, has resumido la Postmodernidad, pero él, en 5 palabras te ha resumido.
¿Y tambiés has quitado la música...? Joder, si que te ha hecho daño.
P.D: La "actual" postmodernidad es el cénit del capitalismo. Nunca habrá un punto cero que arranque desde el 10. La busqueda de la felicidad... si empezamos la casa por el tejado... mal vamos.
¡Ah!, de nada. Es un placer participar cuando hay cosas que decir (aunque no sepa, casi, de lo que hablo).

Salud y Malos Vicios.

Oscar Sáenz dijo...

Obviamente no voy a convertir los comentarios de éste post en un plató de Salsa Rosa. El que quiera entender el espíritu del éste y otros blogs en los que participo, que lo entienda. La ignorancia y, sobre todo, la superstición de tener la razón son muy atrevidas. Más allá de miedo o, incluso, pena lo que me imprimen los comentarios son ganas y ánimos, mucho más que un simple halago.

Alejandro Duque dijo...

Esto es algo que no dejará de sorprenderme nunca: al abrir un blog, los trolls crecen solos. Qué pena no poder hacer nada por ellos.

Oscar Sáenz dijo...

Gracias Lyrias, pero no merecen más atención. Se descalifican solos y algunos admitiendo que no saben ni de lo que hablan, muy de punk trasnchado. Ya sabes "una pesadilla para el sistema" jejeje. Nos tomamos unos birrazos el finde, ciao ;)

Unknown dijo...

A El Nabo Martín le gustaría responder, por alusión (educación y respeto, educación y respeto… ok): lo que no entendemos nosotros (e incluyo al señor Sabicio, si a él no le importa) es que se sorprendan de que una exhibición pública de contenidos (y nos referimos, claro está, a sus escritos y opiniones) puedan despertar en algún blogonauta la necesidad de responder. Cierto es que es una respuesta agresiva, pero esta agresividad se debe más a lo que usted, señor Sáenz, representa, que a la naturaleza intrínseca de sus textos. Súmesele a esto la pedantería que (nos parece) destila su blog y su culto esta generación aferpop que usted mismo se mete en la boca (no se extrañe de que le salgan palabras ya dichas por otros), por mucho que quiera negarlo (lo más grande que hay en su espacio es la fotografía de Mallo, afterpop ñam ñam, qué grandes reflexiones…!). No se nos tilde de troll ni se nos perdone la vida: nosotros esgrimimos argumentos en nuestra intervención, no así en la de lyrias defarel, a la que parece que el señor Sáenz no le pide ni educación ni respeto. Por cierto, ¿cómo va a ser en tiempo real si lo cuelga ningún texto hasta que lo ha terminado, es decir, leído y releído y corregido?

EL NABO MARTÍN

Oscar Sáenz dijo...

No hace falta llamarme señor Sáenz. Con Oscar está bien, soy joven todavía. Me gusta mucho tu diálogo y tus propuestas. Es lógico que según a quién, un grupo de escritores despierten sentimientos de gratitud o rechazo a las nuevas propuestas literarias. Lamento no coincidir contigo en que yo me declare afterpop y mucho menos escritor. No considero pedante lo que hago, es más, muchas veces me tildo de ingenuo como tu mismo has visto. Mi foto sobre el libro Afterpop no deja de ser una foto bastante poco agresiva, si no te gusta estás en tu derecho. Lo de tiempo real está por verse, pero como todo, cuando veas las correcciones o eliminaciones, en parte habrás de darme la razón. Sinceramente, espero no perder el diálogo contigo. No creo que seamos amigos, pero eres un lector con cabeza o almenos eso cuela. Lo de troll más que por ti iba por tu tono, supongo, y más por el otro caso aparecido.

Saludos Nabo Martínez.

Sabicio dijo...

Así me gusta, que te sientas "ganado" y animado. Sin embargo, es una pena que no merezca atención algo que, presuntamente, te incita pensar.
Yo entiendo el cariz del blog, pero a su vez lo que hay detrás de él. Y no me refiero a esa gente que se pone a escribir y lo más importante del texto es el "punto final". Ésos nunca saldrán de la sorpresa. Por cierto, troll no es educado.
Tener la razón no sé, pero argumentado está. No tienes motivos de queja, ni siquiera te he chillado, es más, te dejo hablar y todo.
Yo sólo he expuesto mi opinión, y la sigo manteniendo. No soy partidario de mutar en el momento que me sale un séquito propio Del Redil.

La crítica es la base de la evolución.

Espero que esto no muera aquí, ahora que empezábamos a despegar...

Salud MV

Anónimo dijo...

Hay veces que la crítica roza el insulto, y estáis acusando de pedantería desde un pedestal tan alto que casi ni se os puede leer. Tal vez el problema de la situación actual en el panorama literario es la proliferación de unos pocos que no llegan y tratan de salvarse cortando las alas a los demás.
Es muy probable que la base de la evolución sea la crítica, pero nunca la destrucción, y eso es lo que habéis hecho vosotros. Aún no sé qué postura defiende sabicio a parte del insulto, y de nabo podría desprenderse un comentario muy inteligente si no hubiera caído en la estupidez de la descalificación personal.

Nunca comento estas cosas, pero me ha parecido indignante la falta de respeto y la ignorante participación de sabicio.

Oscar, sigue escribiendo que lo haces muy bien. Tienes un gran ojo crítico. Y a los demás, antes de decapitar al resto, hay que demostrar que uno lo sabe hacer mejor.

Saludos

Davife dijo...

El aliento de mi gato huele a comida de gato.