martes, 22 de abril de 2008

Porque sí

Rara vez he publicado en este blog un texto que no tenga una mínima intención de ser ficticio o, por lo menos, literario. Ahora mismo debería de estar en clase (Creació literaria a la Postmodernitat) y estoy en uno de los ordenadores, que por mi beca yo mismo he de dar mantenimiento y buen servicio, intentando redactar uno de los puntos de la dichosa Memoria Didáctica de esa pesadilla surrealista y sabatina llamada CAP. Como véis, no estoy haciendo dos cosas que me he prometido que haría: ir a clase por las mañanas a primera hora o redactar la dichosa chufla esa. ¿Por qué? ¿Cómo quieren que lo sepa?


He pensado que normalmente la gente usa sus blogs como ventanas del mundo hacia si mismos, y que yo lo hacía de forma similar aunque algo más pedantesca. Colgar textos que indirectamente dicen algo de uno, es como querer esconderse enseñando un brazo o una pierna. Y ya puestos, esa cosa llamada "ficciones del yo" comienza a tocarme bastante los cojones.


Uno no tiene porque ser siempre el protagonista de sus textos. Está demostrado, de hecho, que la mayoría de personas ni consiguen ser el personaje principal de sus propias vidas, lo cual nos lleva directamente al último reducto del morbo -en muchos casos, pero ya sé que no en todos- que es la programación televisiva. Se ve que, desde hace una semana o dos, se emite en Telecinco, los miércoles por la noche pasadas las doce, un programa titulado "El juego de tu vida", para ahorrarme explicaros como funciona y de que va, os dejo un video -que para eso vivimos en el futuro, y ya no hace falta trabajar el doble si uno no quiere- http://www.youtube.com/watch?v=_O4VAFxuBac y sigo hablando.

Alucinante. A mí por lo menos me lo pareció en un primer momento. Roza lo sublime: gente destrozando sus circulos sociales por dinero. Un espejo dantesco de nuestra propia sociedad. Pero lo patético es que ni tan siquiera la cantidad final es abrumadora como par tan alto pago. Es la atracción de la victoria lo que te puede hacer quemar todas tus naves con tal de decir: llegué más lejos que nunca. Al traspasar esa meta, la soledad del corredor de fondo se hace más plausible y más ácida. Pero yo, como en un Circo, participo de ello y me río y pido más carne de orgullo. A lo mejor yo haría lo mismo, tengo tantos secretos como cualquiera de vosotros. Lástima que no sea telegénico.

Quedan trece minutos para entrar a trabajar y veo que el texto va creciendo sin ton ni son y sin un argumento sólido, lo cuál comienza a darme bastante lo mismo, pero tomo nota, por si acaso. Otra día explicaré aquí mi famoso sueño sobre Finlandia y mi propio psicoanálisis acerca de éste. Para los que no tengáis demasiadas nociones me tomaréis por loco, pero bueno, tenéis todo el derecho.

Por cierto, a toda la gente que alguna vez lee este blog y no deja ni un sólo comentario, que sepais que pienso ponerme a patalear a partir de ahora, por si quereis dejar de leer. A los que queréis dejarlos pero ser el primero os da vergüenza, yo seré siempre el primero en comentarme -quién peor que yo mismo para malinterpretarme- y así no habrá excusas. Por el momento me despido, porque sí. Ahora no tengo nada más que decir. Saludos.


2 comentarios:

Oscar Sáenz dijo...

Oh que sabias palabras, Oscar de hace sólo unos minutos. Que comentarios tan acertados y que opiniones tan conseguidas y concretas. Tú y solo tú deberías vivir siempre en mí, Oscar de hace ya más minutos, te alejas y siento que te echaré de menos toda la vida, toda.

Anónimo dijo...

Venga ya!